Una cuestión de cabeza

Las pelucas de color en serie han dado paso a auténticas obras de arte de la mano de un gremio de gran prestigio 

“Hay un rincón gaditano que no quiero que se pierda ni lo quiten ni lo muevan. Yo me vengo a referir a una cosa mu de aquí, que son los dos peluqueros que están en la calle Nueva”. 
“Allí no se pela nadie ni se arreglan las patillas, todo el mundo lo está vien- do, a mí me da la impresión que se pelan ellos dos...” . 
Este pasodoble de ‘Los sayonara’, del Yuyu (2007), bien podría servir para hablar de esa pieza del tipo a la que, hasta hace poco, no se le daba im- portancia en el carnaval y que en los últimos tiempos, de la mano de grandes profesionales, se ha convertido en otra pieza artística de la fiesta. 
“No sabemos por qué, pero, hasta hace poco más de una década, a algo tan importante en un tipo como el pelo no se le daba la importancia que merecía. Las agrupaciones (como prácticamente ‘Los peluqueros de la calle Nueva’) lo solven- taban comprándose una peluca y poco más”, comenta Jessica Alcalá, peluquera y artesana pionera de un elemento tan importante en la caracterización.
 

Las chirigotas de El Selu son referencia del cuidado y la apuesta por la peluquería artística