EDITORIAL
EDITORIAL
Parafraseando el nombre de la comparsa ganadora del concurso del COAC
del pasado año (2022), ellos podrían
ser también habitantes de esa ’Ciudad
invisible’ que subió a las tablas del
Gran Teatro Falla uno de los grandes,
Martínez Ares.
Silenciosos, pacientes, creativos,
sabios y, sobre todo, apasionados; los
artesanos del Carnaval de Cádiz han
escrito desde esas imaginarias catacumbas la historia de una fiesta con
la que, como tantos, cultivan una relación de amor-’odio’.
Una historia de sueños y desvelos
repleta de puntadas (todas de oro),
caras pintadas, ilusionantes forillos,
coloridas pelucas, alegres carrozas...
sin las que sería imposible transmitir
la esencia y el espíritu de una fiesta a
la que, al igual que autores, comparsistas, cuarteteros, coristas y chirigoteros, entregan su alma, ‘pariendo’
auténticas obras de arte.
Obras que, como las coplas, están
impregnadas de sueños, rebeldía, crítica, ironía, gracia, guasa... y que hasta
que se levanta el gran telón del Falla
laten en los talleres y la imaginación
de ellos, los artesanos del carnaval.