MEMORIA DE LA ARTESANÍA

Echando la vista atrás

Nada, absolutamente nada, sería igual sin ellos, sin esos artesanos y momentos que, casi sin quererlo, marcaron un antes y un después en el Carnaval de Cádiz. Y, ya sabes, lo que se recuerda, sigue muy presente. 

Pionero

ANTONIO ACCAME

En esto del carnaval, como en tantos otros espacios artísticos, hay quienes están llamados a abrir caminos. Y él, Antonio Accame, fue el primer  gran ‘explorador’ de una artesanía sin la que la fiesta no se entiende.

Reconocido como el primer gran ‘arquitecto’ de la fiesta, Accame, fue el Leonardo Da Vinci del carnaval. De creatividad infinita y licenciado en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, de sus manos y habilidades para el diseño, la pintura..., salieron muchas de esas carrozas que dibujaron momentos inolvidables en escenarios tan populares como las plazas de San Juan de Dios y San Antonio. Genialidad que proyectó a fiestas como el Corpus o la Velada de los Ángeles.  

Los más ‘viejos’ del lugar aún recuerdan la gran figura que, junto a Nando  Benítez y Rafael León, realizó de Pepe ‘El Sopa’ en un carnaval, 1967, en el que sus carrozas (entonces de 4x2 metros) volvieron a poner color y alegría a las calles del casco histórico.  Merecedor del Hércules de Oro o, entre otras distinciones, la Medalla de Bronce de Cádiz, se ganó el calificativo de maestro de maestros. 

Maestro

MANUEL PEINADO

En tiempos de escasos recursos  y censura, de blancos y negros, hizo valer su inquietud, inconformismo artístico y creatividad para regalar a los gaditanos escenas que, incluso, fueron objeto de récord Guinnes. 

Diva

PEPI MAYO

Su recuerdo aún sigue muy presente.  Gran diva de la fiesta a la que entregó su vida, fue y será una de las grandes artesanas del carnaval, de sus tipos; esos que destacaron  en los escenarios más nobles y populares.  

Decir Pepi Mayo es decir carnaval en estado puro. ‘Los erizos caleteros’; ‘Los pintores de Versalles’, con los que debutó en la élite de la fiesta en los 80, o ‘Las madrinas’, coro con el que se hizo merecedora de la Aguja de Oro, son ejemplos de la maestría de quien fue la ‘modista de cabecera’ de su territorio, el Carnaval de Cádiz.       
Creativa, cercana y muy querida, su ingenio salpicó las cabalgatas y vistió a diosas, ninfas y pregoneros, convirtiéndose en referente de esas mujeres artesanas sin las que sería imposible escribir la historia del Carnaval de Cádiz.     

Decir artesanía es decir cabalgata, expresión máxima de la creatividad y el buen hacer de quienes con sus manos e ingenio dan forma a mundos que solo el carnaval sabe ‘dibujar’ y de los que, año tras año, participan mayores y pequeños.   Siempre presentes en la fiesta, como uno de sus actos principales, mucho han cambiado las cabalgatas a lo largo de la historia en dimensiones, formas y narrativa, Cabalgatas, Magna y Del Humor, que  reforzaron su notoriedad a partir de 1979, cuando quedaron atrás las llamadas Fiestas Típicas y el Carnaval de Cádiz, ya en democracia, regresó a su espacio natural, el más libre.  Época en la que la calle recuperó su protagonismo y la artesanía, poco a poco, con mucho esfuerzo y entrega, fue elevando su protagonismo para, como ocurre hoy, dar vida a una de las mejores cabalgatas de España.   

Relanzamiento

CABALGATAS

El Carnaval de Cádiz, como la propia ciudad, ha sido objeto de mil y un vaivenes a lo largo de su historia. Claros y oscuros a los que no han sido ajenos algunos de los ‘escenarios’ más lucidos. 

El gran salto

'LOS CABRONES'

Aunque ya no hay agrupación que, en busca de la gloria, no acuda al Gran Teatro Falla con una trabajada puesta en escena; esto no era lo normal hasta que, a ‘cañonazos’, irrumpieron ellos. 

¿ Quién no se acuerda de ese barco pirata que hizo de las tablas del Falla su puerto? Corría el 2013 y el coro de Julio Pardo dejaba boquiabiertos a propios y extraños con una puesta en escena de esas que no se olvidan. Fue el prólogo de una apuesta artística que, desde entonces, no ha dejado de crecer e impresionar.